El dolor, la enfermedad,

el fraccionamiento del alma,

y del cuerpo social,

no se resuelve regresando al pasado,

ni con programas para crear un futuro ideal,

ni con trabajos inteligentes y realistas

para soldar las partes rotas...,

Solo el nacimiento conquista la muerte,

no de lo viejo conocido,

sino de algo enteramente nuevo.

Palingenesia, regeneración o nacimiento permanente

que nulifica la muerte recurrente

del alma y del cuerpo social.

Es la resurrección después de la crucifixión.

Es el nacimiento, después del desmembramiento.

Es el desapego tan necesario,

del mundo externo.

Cambiar el énfasis,

hacia el mundo interno,

al inconsciente infantil,

a la máxima potencialidad, creativa y pura,

sin limitaciones ni inhibiciones.

La primera tarea del héroe es retirarse

del mundanal ruido lleno de efectos secundarios, hacia su psiquis,

adentro de sí, donde las verdaderas dificultades causales residen,

y clarificarlas y resolverlas.

Es la batalla interna,

el rito de discriminar

lo que sirve de lo que no sirve, de sanar, de inspirarse,

y de crear una visión elocuente, fuente de poder,

de una nueva creación o nacimiento.

La primera tarea del héroe es morir a su pasado, y renacer en un nuevo presente.

La segunda tarea es iniciar una odisea,

vencer grandes desafíos,

lograr la victoria final,

transfigurarse o transformarse y reinventarse, regresar a casa.

A su tercera tarea:

la de enseñar a los demás

las lecciones aprendidas

en su vida renovada.

La aventura exitosa del héroe reside

en destrabar y dejar que fluya,

la sustancia de la vida,

en el cuerpo del mundo.

Alejandro Bolaños Davis