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20. Capacitación autogénica

Los humanos vivimos atrapados por el instinto animal de la sagrada selva de -- huir o morir -- ganar o perder, forzar o resistir, amar o odiar. Nuestra psiquis vive, se dinamiza y prospera en la dualidad, en la polaridad, en la paradoja.


La mente se mueve veloz de un extremo al otro del péndulo, ida y vuelta: de rebelde a dictador, de pobre a rico, de ofender a sentir culpa, del rencor al perdón, del amor al odio. La mente funciona así, como el péndulo de un extremo al otro.


Los extremos operan dentro de un mismo marco o esquema que es cruzar de un lado al otro tomando impulso o momentum en cada oscilación. Solamente estando en un extremo puedes cruzar hacia el otro. Así funciona el sistema de la realidad-dual.


Es una especie de locura visir así atrapados entre la acción y la reacción de forma permanente. Te amo y luego te odio y después te vuelvo a amar y así sucesivamente. Te ofendo y te pido perdón, y te ofendo nuevamente y te pido perdón otra vez, y se repite. No hay cambio. Es el mismo esquema. La actitud y el enfoque es el mismo. De un extremo hacia el otro. Ir a favor o en contra.


El propósito es superar ese esquema mental e ir mas allá. Ni a favor ni en contra sino sumar en otra dirección. Para ello, primero hay que serenar el péndulo de la mente en el centro de los extremos. ¡Quieto! Sereno en el centro.


Como las cuerdas de una guitarra. Si están flojas no hay música, y si están muy tensas tampoco. Deben estar en su centro correcto para crear música. Al detener la mente en el centro del péndulo, podremos escuchar la música, la inspiración la idea de las otras posibilidades creativas que nos permitan entrar en un nuevo nivel de conciencia.


Con la mente no podremos estar quietos en el centro para siempre. Llega un momento que debemos movernos o empezar a sufrir ansiedad. Lo importante es que hayamos podido superar la polaridad en la que estábamos para lograr un nuevo nivel de conciencia que nos mueva a una nueva dimensión de desarrollo. Una nueva polaridad.


Aunque te cueste, aprende a detener tu mente, ¡quieto! en el centro de tu péndulo. Aunque no tengas éxito, al menos reduce tu velocidad mental, y serénate respirando profundamente. Sigue tratando de buscar tu centro para detener tu propia insanidad. Con solo intentarlo con autenticidad, logras resultados.


Es increíble como la naturaleza cruel nos pone a raya cuando estamos sobrepasando los limites tolerables. Un simple virus como el COVID19 que aparece en un lugar inmundo y detiene la actividad humana contaminadora sobre la tierra. Aunque fue bueno, que el planeta pudo respirar mejor aire y apreciar el cielo azul donde antes estaba gris. Ojalá y aprendamos esta lección.


Ejercicio


Usando La Mente Sobre El Cuerpo


Este enfoque se conoce como entrenamiento autogénico. Autogénico significa auto-generativo o auto-regulado. Este método pretende regular la función nerviosa autonómica (latido del corazón, presión sanguínea, respiración, etc.) directamente usando la mente, sin hacer relajamiento muscular.


Este método usa el poder de la sugestión para inducir cambios fisiológicos. Estas sugestiones son imágenes mentales que recoge el subconsciente y las trasmite al cuerpo. Con sólo pensar en ciertos cambios en el cuerpo se producen estos cambios. El resultado es que se logra grandes niveles de relajamiento. El entrenamiento autogénico suena misterioso pero no lo es.


1.  Póngase cómodo

2.  Asuma un estado de concentración pasiva, o una actitud receptiva, casual. Necesita estar alerta, sin caer dormido, pero sin tener la mente súper activa. No puedes forzarte hacia un estado de relajamiento. Simplemente deje que suceda. Mantén conciencia de tu cuerpo y mente pero no sobre analices todo ni te preocupes de lo que haces. Si algo te distrae acepta lo que sea y déjalo ir. Si no puedes relajarte al inicio no importa, mas adelante, con más práctica lo harás.  

3.  Deja que varias partes del cuerpo se empiecen a sentir caliente y pesado.  No obstante el entrenamiento autogénico utiliza muchas imágenes diferentes, las dos más efectivas son el calor y el peso. Empiece con su  brazo derecho. Háblese despacito y suavecito a si mismo: 

Estoy calmo...  estoy en paz,  mi brazo derecho esta calientito... y pesado...  mi brazo derecho esta calientito... y pesado...  mi brazo derecho esta calientito... y pesado...  puedo sentir el calor y el peso fluyendo en mi brazo derecho...  puedo sentir mi brazo mas caliente y pesado... estoy en paz...  estoy calmo....  ... estoy en paz...  estoy calmo... ... estoy en paz...  estoy calmo...

Tómate el tiempo para hacer conciencia de los sentimientos en tu brazo y mano. Disfruta el proceso...

4.  Después de completar las fases, permanece en silencio y tranquilo unos 30 segundos, déjate relajar más profundamente; luego haga su brazo izquierdo. Repite lo anterior...

5.  Después relaja las otras partes de tu cuerpo: piernas, cuello, hombros...

Espero haya sido de tu beneficio usar el poder de tu mente. En los siguientes blogs continuaremos con otros ejercicios de relajación.

Carpe diem



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© 2020 Alejandro Bolaños Davis
 

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