54. El valor de enseñar
- 10 ene 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 24 ene 2021
"Educar es guiar a los estudiantes en un viaje interno para aprender a descubrir verdades que los lleven a ser y a hacer mejores en el mundo". Dice Parker j. Palmer en su libro, The Courage to Teach.
Y nos dice que en un afán de mejorar la educación, hemos olvidado una gran verdad: la mejoría no la lograremos construyendo más aulas, revisando el currículo y cambiando textos, mientras despreciemos y descorazonemos al recurso humano llamado maestro.
Lo que más preguntamos es qué enseñamos, cómo lo enseñamos, por qué lo enseñamos, y lo anterior está bien, pero casi nunca preguntamos quién es el ser humano que nos lo enseña. Por ello, debemos prepararlo bien y atender sus necesidades básicas al menos para que pueda concentrase en sus alumnos.
Los maestros deben ser porque les apasiona, no es una actividad para hacerse rico, es una profesión que nace del corazón, con inteligencia emocional, para atender a los alumnos integralmente, conectando el corazón con la razón.
El mundo interno del individuo que enseña tiene: intelecto, emociones, cuerpo y espíritu.
· Reducir la enseñanza al intelecto, se vuelve fría y abstracta
· Reducir la enseñanza a las emociones, se torna narcisista
· Reducir la enseñanza al cuerpo se vuelve uno robótico.
· Reducir la enseñanza al espíritu pierde uno su conexión con el mundo.
Las tres son necesarias para la integridad y la totalidad, no solo el intelecto ni el corazón, por separado. Deben juntarse.
Educar es ir mas allá de la técnica y de lo técnico hacia la formación de la identidad y la integridad para desarrollar una práctica moral.
Pregunta Parker Palmer:
"¿DONDE RADICA EL PODER: ¿EN LO INTERNO O LO EXTERNO?"

El sistema dominante de educación actual en el mundo subdesarrollado ubica el poder en lo externo y ello crea una distancia entre profesores, alumnos y la disciplina que estudian -- porque está basado en el miedo, el dogma, sin conciencia crítica.
Este modo llamado objetivismo presenta la verdad como algo que se puede lograr sólo si nos desconectamos física y emocionalmente del objeto de nuestro estudio. Si nos conectamos con el objeto podemos contaminarlo con nuestro subjetivismo.
No se debe establecer una relación entre el sujeto y el objeto de estudio para evitar contaminaciones de acuerdo al objetivismo. Debemos mantener la distancia para que sea un verdadero objeto, sin vida, y así no podrá tocarnos o trasformarnos para que nuestro conocimiento pueda permanecer puro. Por eso es que la música y el arte están en el fondo de las prioridades académicas.
Y continua Parker Palmer en su libro, The Courage to Teach, que en vez de pensar en polaridades podemos pensar en paradojas, en la unidad de los opuestos. Lo opuesto a una verdad es una mentira, pero lo opuesto a una verdad profunda puede ser otra verdad profunda- ver a continuación.
Paradojas:
· Si separamos la cabeza del corazón producimos mentes que no sienten y corazones que no piensan.
· Si separamos datos fríos de sentimientos producimos hechos que hacen al mundo distante y remoto y emociones ignorantes que reducen la verdad al cómo me siento hoy en día.
· Si separamos la teoría de la práctica producimos teorías que nada tienen que ver con la vida y prácticas ignorantes y sin sentido.
· Si separamos enseñar de aprender producimos maestros que hablan, aunque no escuchan y alumnos que escuchan, pero no hablan.
La realidad es esencialmente comunitaria. La realidad la conforma una red de relaciones comunitarias, y sólo podemos conocer la realidad estando en comunidad con ella, aunque . antes de estar en comunidad con ella, para conocerla bien, primero debemos de estar en comunidad con nosotros mismos.
La naturaleza física, emocional e intelectual es ecológica e interdependiente. La realidad la definen los eventos y las relaciones más que las partículas o las sustancias separadas. Ya se descubrió en la física quantum que el observador y el observado están interrelacionados, lo observado es influenciado por el observador y viceversa. El conocedor y lo conocido están interconectados. Eso nos lleva a comprender que en el modelo educativo comunitario el conocimiento crece aún en momentos de debate y de crisis abiertas e incluyentes.
No es producto de un dogma que emerge la verdadera realidad, sino que, ésta sucede el producto la interrelación entre las partes.
El debate sobre los modelos educativos debe ser abierto, dinámico, un encuentro público donde es posible que todos ganen, se enfrentan las ideas en lo abierto, pero siempre es un esfuerzo comunitario para estirar los límites de unos y otros y hacer sentido del mundo.
Cuando la competencia es secreta, suma cero, es antítesis a la convivencia en comunidad porque destruye las relaciones. Por ello insistimos que todos los pactos y acuerdos se hagan sobre la mesa. Busquemos lo que nos une y ayuda a convivir con los demás y con uno mismo.
Divididos ya no más.
Carpe diem
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