89. El Poder de Servir
- Alejandro Bolaños Davis
- 1 ago 2021
- 3 Min. de lectura
No son los títulos que honran a las personas,
sino personas las que honran esos títulos.
Maquiavelo
¿Cómo manejas el poder?
¿Cómo usas tu poder frente a un subalterno?
Tener poder no es tener sabiduría. Cómo manejas tu poder es quizá el atributo más importante para ser un líder. Servir a otros, aunque sea una taza de café, es mostrar con el ejemplo para que otros también lo hagan, y como el líder demuestra voluntad de servir, otros se le adelantarán en las próximas ocasiones.
El uso efectivo del poder requiere de sabiduría y auto-control y esto es paradójico. Lau-tzu escribió:
“El agua es líquida, suave, cede el paso. Pero el agua le hace hoyo a una piedra que es dura y no cede el paso. Como regla, lo líquido, suave y flexible se impondrá sobre lo duro y rígido que no cede el paso. La paradoja aquí es: lo suave es poderoso”.
Un líder tiene la capacidad para enfrentar problemas caóticos, sabe exigir o reclamar a otros sin ofender respetando la dignidad de la persona. Sabe delegar poder con exigibilidad. Al empoderar a otros no pierde poder, sino que lo multiplica. El poder energiza y al usarlo correctamente se descubre que puedes confiar en los demás.
Cuando se abusa de poder las personas se cubren con mecanismos defensivos para evitar humillaciones y maltrato. Su energía la dedican a defenderse del líder en lugar de crear y producir. Evitan asumir riesgos y tomar decisiones por temor al castigo. Esto destruye la confianza y paraliza el emprendimiento del proyecto puesto que ahora cada quien busca cómo transferir la culpa en alguien más.
Tampoco los ricos millonarios o los famosos necesariamente poseen cualidades de liderazgo. Estas cualidades deben demostrarse a largo plazo. El dinero y la fama van y vienen como el viento. El poder también se pierde si uno se deja seducir por lo corruptible y degenerativo. Ocupar un cargo otorga poder, pero quien lo ocupa pudiera ser incompetente. El poder personal es más importante, puesto que atrae a la gente si se usa para empoderarla. Significa liderar con humildad, servicio, sobriedad, honradez, integridad, paciencia y buen trato a las personas y subalternos.
Un líder está abierto a la comunicación y la crítica. Al aislarse de los demás deja de percibir información de calidad y pierde fuerza. Creer que lo sabe todo por ocupar un cargo y que todos los demás deben decir “si señor” es un grave error. Debe usar su poder personal para mantener el poder de su posición o puesto.
Lao-tzu escribió: “El mejor líder es el que ayuda a la gente para que eventualmente no lo necesiten. Luego sigue el líder que es amado y admirado. Después, el que es temido. Por último, el blandengue que se deja mangonear por las personas. Donde no existe la confianza la gente actuará de mala fe. Un buen líder habla poco, pero cuando lo hace, sus palabras llevan sustancia, peso, agrega valor. Al final, cuando haya terminado el proyecto, todos dirán: ¡lo hicimos juntos!”
Un buen líder mira las responsabilidades del poder en lugar del privilegio que le otorga el puesto y procura siempre desarrollar el máximo potencial de sus seguidores. Es importante que la persona a ocupar un cargo de liderazgo tenga conciencia plena del “poder del poder.” ¿Lo usa para su propio engrandecimiento o para servir? ¿Para qué quiere poder? ¿A quién servirá?
Un líder tiene muchas frustraciones, a las personas no les gusta que la dirijan y le den órdenes. Sin embargo, si usa su poder personal y empieza por servir a los demás, tendrá muchos seguidores y menos frustraciones.
Carpe diem --
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