En la Sagrada Selva los animales están enclaustrados en una reserva sin poder salir. Aislados del resto del mundo aunque bien juntitos en familia. La paciencia y la tolerancia hace falta ante la incomodidad que viven en un espacio reducido sin poder salir, amenazados por un virus-humano que los mata.

De pronto, el jaguar se lanza de sorpresa, mata y se come a un cocodrilo. Estos ataques entre la familia hacinada de animales suceden con frecuencia. Es normal entre los animales el dominio del mas fuerte. Estos últimos no responden con violencia organizando manifestaciones en la ribera del río en contra de los jaguares exigiendo justicia y reparación. Desconocen el resentimiento y el perdón. Eso es de los humanos.

En la Sagrada Selva humana, en su amplia gama de emociones, existe una especial: el resentimiento, que desata todo tipo de acciones generadoras de dependencia, vicios, y corrupción. El resentimiento es una cadena que ata como esclavo, al herido con el victimario. El resentimiento carcome la paz del alma, el bienestar emocional, físico, y termina controlando la vida del resentido.

El resentimiento somete a la persona que culpa a otro y le socava la felicidad y la libertad personal. Es la emoción del esclavo. El que vive en resentimiento vive en la esclavitud del alma, se divide a sí mismo y también a los demás que interactúan con la energía tóxica que emite.

Al perdonar rompes la cadena que te ata a tu victimario, que tiene tu cara contra el suelo mordiendo polvo. Al perdonar te haces cargo de vos mismo, y resuelves poner fin a algo que te hace daño.

Al perdonar reconoces que eres responsable de tu bienestar. La acción depende y está en vos mismo. Vos decidís como queres sentirte y actuar. En la Sagrada Selva sos dueño de tus acciones con sus respectivas consecuencias que las acompañan.

En estos tiempos de Covid-19 que debemos permanecer en casa, es momento de reconectarte con tus seres mas queridos. Y si tu realidad es de conflicto, también es una oportunidad para reconciliarte con tu gente, tu familia, esposa, hijos, y pedir perdón a quien(es) has ofendido, y perdonar a quien te ofendió; que muy seguramente te hará más feliz.